Una vez más se confirma que la forma en la que percibimos la realidad es la que crea la misma, y los pensamientos a su vez realimentan la realidad conformándola y recreandola. Tenemos tantísimos refuerzos en la sociedad, en los medios, en las tradiciones (la biblia dice en el Génesis, ";con dolor darás a luz los hijos;), etc. de que los partos "necesariamente" tienen que ser dolorosos, que la más mínima posibilidad de que un parto no lo sea queda prácticamente anulada. Pero, ¿y si un parto pudiera no sólo no ser doloroso, sino provocar tanto placer como un orgasmo? Parece increíble, ¿no es cierto?
Un abrazo.
Mr D
Fuente: trinityatierra.com
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